¿Crédito revolvente? Descubre qué es y para qué sirve.
Entenderlo es más fácil de lo que piensas
Probablemente has escuchado hablar sobre los créditos revolventes. Si ya de por sí es complicado entender cómo funciona un crédito, entender qué es un crédito revolvente debería serlo aún más, ¿no?.
En realidad no lo es tanto y la única diferencia entre un crédito y un crédito revolvente es que el primero se te da una sola vez, por ejemplo el dinero de un préstamo o una hipoteca.
Por otro lado, el revolvente es un crédito que se va renovando a medida que cumples con tus pagos; el ejemplo más claro son las tarjetas de crédito.
Cuando el banco te da una tarjeta de crédito, te indica cuál es tu línea de crédito, o lo que es lo mismo, cuál es el monto máximo que puedes disponer con ella. Cuando empiezas a pagar con tu tarjeta, todo lo que compras se va descontando del total de tu línea de crédito.
¿Quieres saber qué tarjeta tiene el límite que te conviene?
Cuando llegas a ese límite, por más que lo intentes, tu tarjeta de crédito no va a pasar más. Pero tranquilo, que conforme vas pagando ese monto, el crédito de tu tarjeta se va liberando.
Por ejemplo, si la línea de crédito de tu tarjeta es de $10,000 y gastas $6,000 durante las primeras dos semanas, únicamente te quedarán $4,000 disponibles para el resto del mes.
Pero, ¿qué pasa si después de gastar esos $6,000 quieres comprar algo de $7,000? Es obvio que no te va a alcanzar, pues sólo te quedan $4,000 disponibles.
Lo que puedes hacer es liquidar el total de tu tarjeta antes de tu fecha de pago (los $6,000 iniciales) y tendrás disponible toda la línea de crédito de tu tarjeta. A eso se le llama ser totalero y es la mejor forma de evitar intereses y comisiones.
Pero si aún estás lejos de tu fecha de pago y no te alcanza para liquidar el total de tu cuenta, puedes abonar los $3,000 que te separan de esa nueva compra y tendrás disponible en tu tarjeta los $7,000 que necesitas.
Como puedes ver, una de las mayores ventajas de los créditos revolventes es que se van renovando conforme los vas usando y pagando.
Para tener en estado óptimo tu línea de crédito, es importante que siempre tengas presente tu fecha de corte y tu fecha de pago.