¿Cómo puedes disminuir tus gastos y aumentar tus ahorros?
Nueva rutina, nuevas finanzas.
La cuarentena no sólo ha traído cambios en nuestra rutina: salir diario al trabajo, ver a nuestros amigos, los planes familiares en fin de semana, entre otras actividades cotidianas; sino que también ha representado un cambio en nuestros bolsillos.
Nuestros hábitos de consumo ahora son diferentes, y a pesar de que algunos negocios han abierto, las personas comienzan a salir al trabajo, y poco a poco las actividades se van retomando, es importante no bajar la guardia y no hacer gastos innecesarios.
Ahora es cuando más debemos cuidar nuestro dinero y no caer en tentaciones, sobre todo si tus ingresos se han visto afectados por la pandemia. Es por eso que antes de que decidas salir a ese restaurante que tanto te gusta o compres ese boleto de avión, te detengas un momento, hagas un nuevo balance de tu presupuesto y reorganices tus prioridades.
Para comenzar, debes saber que no todos tus gastos son iguales, existen diferentes tipos de acuerdo a su importancia y entender cada uno de ellos es la base para aprender a priorizar e identificar en cuáles puedes ahorrar.
La regla general es que tus gastos no superen el 90% de tus ingresos para que puedas ahorrar, como mínimo, el 10% restante al mes; este ahorro lo puedes destinar al pago de tus deudas o a construir un fondo para emergencias. Aprende a hacer el tuyo aquí.
Tipos de gastos:
Gastos fijos: Son todos los gastos obligatorios como la renta o hipoteca, la colegiatura de tus hijos, etc. Son aquellos que están garantizados que sucedan y que debes atender antes que cualquier otro. Estos gastos no varían mucho mes a mes y tienes que asegurarte de siempre tener un presupuesto destinado para cubrirlos.
Gastos necesarios: Estos son gastos variables pero necesarios para vivir. Por ejemplo: comida, electricidad, ropa, etc. Debido a que estos gastos siempre se deben hacer, es posible ahorrar haciendo recortes pequeños como elegir marcas más económicas, comprar durante las rebajas, caminar o usar bicicleta para trasladarse, elegir el plan más económico de celular o internet, entre otras opciones.
Gastos discrecionales: Esto incluye el dinero que destinamos a nuestros gustos. Normalmente son gastos superfluos y no necesarios que evitan que utilicemos este dinero para fines productivos. Es aquí donde más puedes recortar y aumentar tus ahorros.
Una vez que conoces esta clasificación, el siguiente paso es hacer una lista de todos tus gastos, acomodarlos en estas categorías y asignarles un presupuesto. Recuerda ser lo más objetivo posible y diferenciar entre un gusto o una necesidad.
Reduce al máximo los gastos discrecionales. En ocasiones no somos conscientes de estar haciendo gastos innecesarios, pero ten por seguro que hay más de uno que puedes eliminar; cuando sumes todos, te darás cuenta de lo mucho que puedes ahorrar.
Sin importar cuál sea tu objetivo de ahorro, la clave está en evitar sobrepasar el presupuesto que asignaste a cada uno de los gastos y mantener siempre en mente tus límites.